¡NO TE SALTES TU COMIDA LIBRE!

Una de las primeras preguntas que me hacen las clientas nuevas es: “¿Y tendré comida libre?”. En todos los programas que hago para mis clientas, siempre incluyo una comida libre. ¡Los beneficios son enormes! No solo psicológicos, sino también físicos.

La importancia de la comida libre es que da un reset, un reinicio a nuestras hormonas responsables de la regulación de insulina, rellenan nuestros depósitos de glucógeno y mantienen nuestra tasa metabólica elevada, y la dejan lista otra vez para quemar calorías.

Pero ¡espera!, antes de que salgas corriendo a formarte en la fila del drive-thru de Burger King debes saber que la comida libre de la que te hablo no es propiamente comida chatarra. Sigue estos cinco pasos para ejercer tu libertad pero con cabeza, asegurándote de que el beneficio será al 100% de tus objetivos:

  • LA CIENCIA TRAS LAS DIETAS RESTRICTIVAS

Sin importar cuán saludables pretendemos ser cuando nos ponemos a dieta para bajar nuestro porcentaje de grasa corporal, el hecho de recortar calorías tiene un costo. Una fase de definición debe recurrir inevitablemente al déficit calórico (generalmente mediante una baja de carbohidratos). Ahora permíteme darte un breve recorrido por nuestras hormonas para explicar lo que sucede con nuestro cuerpo cuando bajamos las calorías.

La leptina es una hormona producida a partir de nuestro tejido graso. Se encarga de regular nuestro apetito y nuestro balance de energía. Actúa sobre el hipotálamo suprimiendo la necesidad de comer y estimulando el uso de nuestras calorías de reserva en forma de energía. La leptina juega un papel clave en nuestro peso corporal y en la cantidad de grasa que nuestro cuerpo almacena, gracias a sus estímulos sobre nuestro cerebro.

Pero ahí no termina el asunto. También tenemos a la grelina, que es una hormona producida principalmente por el estómago. Es un estimulante del apetito que ordena la liberación de hormona del crecimiento. Estudios científicos han demostrado que sostener dietas hipocalóricas y ejercicios extenuantes por largas temporadas y sin descansos aumenta las concentraciones de grelina en nuestro cuerpo, lo que puede ocasionar incrementos en la ingesta de comida y en el peso corporal.

Además de los efectos de la leptina y la grelina sobre nuestro uso de energía y nuestro apetito, las dietas hipocalóricas sostenidas por largos periodos de tiempo bajan los niveles de hormonas tiroideas, lo que conlleva a bajos niveles de energía, afectando negativamente al rendimiento.